Algunas semanas después de haber huido de la casa de Luis, me lo encontré en msn. Con cierta culpa y un toque de demagogia, lo saludé para excusarme personalmente por mi desaparición, y para felicitarlo por su pronto casamiento.
Laura me había contado días atrás que Luis la invitado a su fiesta de casamiento, pero ella estaba tan enojada por la actitud que Luis había tenido conmigo, que decidió no ir. Traté de convencerla de lo contrario, porque no me gustaba nada que aquella experiencia, que yo consideraba poco relevante, influyera en su decisión. Después de todo, yo valoraba que el tipo me había entregado las llaves de su casa siendo un desconocido. Pero Laura estaba muy enojada, para eso no recibas gente, concluyó.
Luis se alegró por el saludo, y con absoluta naturalidad me invitó al casamiento. Mi primera reacción, fue improvisar algunas excusas, que Luis rechazó directamente, como la falta de ropa para la ocasión. Luego titubee un poco, y al final le dije que trataría de ir. Dale porteño, venite con tu esposa, me dijo, la vamos a pasar bien.
Tras varios días de indecisión, le confirmé nuestra presencia.
Se me ocurrió que estaríamos ocupando el lugar de Laura.
Laura me había contado días atrás que Luis la invitado a su fiesta de casamiento, pero ella estaba tan enojada por la actitud que Luis había tenido conmigo, que decidió no ir. Traté de convencerla de lo contrario, porque no me gustaba nada que aquella experiencia, que yo consideraba poco relevante, influyera en su decisión. Después de todo, yo valoraba que el tipo me había entregado las llaves de su casa siendo un desconocido. Pero Laura estaba muy enojada, para eso no recibas gente, concluyó.
Luis se alegró por el saludo, y con absoluta naturalidad me invitó al casamiento. Mi primera reacción, fue improvisar algunas excusas, que Luis rechazó directamente, como la falta de ropa para la ocasión. Luego titubee un poco, y al final le dije que trataría de ir. Dale porteño, venite con tu esposa, me dijo, la vamos a pasar bien.
Tras varios días de indecisión, le confirmé nuestra presencia.
Se me ocurrió que estaríamos ocupando el lugar de Laura.
Desde que llegué a Porto Alegre, suele llover, aproximadamente, durante dos días seguidos, cada tres días. Claramente, lo mío no son ni las matemáticas ni los problemas de lógica, pero puedo asegurar que en esta ecuación, los jueves siempre llueve.
Polaco!!.. al final sos un camarillero!
ResponderEliminarPobre Laura.