Ya le eché la culpa al mar, a la marihuana, a las largas caminatas, pero lo único cierto es este hambre voraz.
Y ahora, recién ahora, lo comprendo. Nada tiene que ver el apetito con estas cuestiones.
Tengo hambre, constante y exagerada, porque quiero devorarlo todo.
Quiero devorarlo todo mientras viajo por lugares deconocidos.
Sentir todos lo sabores, beber toda el agua del mar, charlar con todas las personas, tomar todos los mates, caminar todos los senderos, respirar todo el aire y los infinitos aromas, contemplar todo lo que mis ojos pueden ver.
Eso es el hambre.
esto se pone muy bueno..
ResponderEliminarte diste cuenta que este blog es un libro??.. una droga!
sigo montado en mis ALL STARS leyendo cada paso.
te veo en tu "asado bienvenida" seguramente en Ranleagh, la ciudad del CAPO.
CH.-